G-Power es mundialmente famoso por sus transformaciones extremas basadas en el BMW M5 – gracias a una elaborada tecnología de sobrealimentación, el motor V10 de altas revoluciones con la denominación interna S85 produce hasta 800 CV cuando G-Power termina con él – unos 300 CV más que el de serie. Sin embargo, el hecho de que G-Power no es sólo potencia máxima y las correspondientes velocidades máximas – tanto la berlina como el coupé de cuatro plazas más rápidos del mundo proceden de G-Power – se demuestra ahora con el último proyecto: bajo el título BMW M5 GS, el M5 de la generación E60 fue convertido a gas líquido.
Sin embargo, los clientes no tienen que prescindir de la potencia como de costumbre, porque G-Power adereza la conversión a gas líquido con un sistema de sobrealimentación. Así equipado, el M5 GS tiene una potencia de motor de 660 CV y un par máximo de 650 Newton metro. No es de extrañar que las prestaciones de conducción en estas circunstancias sean muy impresionantes: 4,6 segundos para el sprint hasta 100 km/h y sólo 11,4 segundos hasta 200 km/h demuestran cuánta potencia se puede encontrar en un vehículo de gas líquido.
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La conversión de motores de altas revoluciones a GLP no suele ser un asunto sencillo, pero si además desea instalar un compresor, debe saber exactamente lo que está haciendo. Los dos compresores centrífugos ASA T1-313 alimentan cada uno una bancada de cilindros y presurizan el motor con unos moderados 0,6 bares.
Cada bancada de cilindros dispone también de un sistema GLP totalmente secuencial. La temperatura correcta del aire de sobrealimentación está garantizada por el sistema de intercooler refrigerado por agua y fabricado en aluminio. El airbox de serie se sustituye por este sistema, pero gracias a los cortos recorridos de admisión, G-Power promete no perder capacidad de respuesta.
El G-Power M5 GS está equipado con neumáticos Michelin de 285 milímetros de ancho para la transmisión de potencia, mientras que «sólo» se utilizan neumáticos de 255 en el eje delantero. Los neumáticos están montados en llantas de aleación Silverstone Clubsport de 20 pulgadas, que no son más pesadas que las llantas de serie a pesar de sus mayores dimensiones. La agilidad del M5 también se ve reforzada por una suspensión deportiva roscada con ajuste de amortiguación de rebote y compresión de nueve vías, que también permite el ajuste manual de la altura.
El resultado del esfuerzo es una velocidad máxima de 333 km/h: ¡un récord mundial para vehículos con una cadena cinemática convertida a GLP! Para poder controlar estas velocidades con seguridad, G-Power también ha instalado un sistema de frenos de alto rendimiento.
Por desgracia, toda esta diversión no sale barata, ya que sin contar los costes de instalación, hay que desembolsar unos 33.600 euros más IVA por el sistema bicompresor, incluida la conversión a gas licuado. Si quieres las llantas de la limusina Rekord, tienes que invertir otros 7.635 euros (¡netos!).
El paquete tecnológico completo puede instalarse posteriormente en todos los modelos BMW M5 (E60, E61) y BMW M6 (E63, E64).